El
joven Peter Scott está preso junto a otros treinta y tres hombres.
Todos están acusados de ejercer la piratería. No hay clemencia para los
piratas y en unas horas morirán ahorcados. Peter Scott asegura que no es
un pirata y pide un juicio justo. Pero no habrá juicio y la sentencia
ya está dictada de antemano: muerte en la horca.
Al joven Scott solo le queda rezar… Oculto en sus ropas lleva un cuaderno donde cuenta su historia.
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